Economía del futuro y el posicionamiento estrategico de Chile - Academia Diplomática de Chile Andrés Bello
Academia Diplomática de Chile Andrés Bello | La Academia Diplomática de Chile “Andrés Bello” es una entidad dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile cuya misión primordial es formar a los futuros diplomáticos del país.
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13 May Economía del futuro y el posicionamiento estrategico de Chile

Pensar que, para 2025, Chile tendrá instalada más del 50% de la capacidad astronómica mundial o la participación del radio-observatorio ALMA (ubicado en el Llano de Chajnantor, Región de Antofagasta) como socio en el proyecto que, recientemente, capturó la imagen del agujero negro de la galaxia Messier 87 (Event Horizons) abre nuevas dimensiones y múltiples desafíos vinculados a como la tecnología habilita nuevas formas de producir y organizarnos como sociedad. Este es un tema no solo reservado al mundo científico-tecnológico sino que está vinculado al bienestar y al futuro de la gente.

Chile ha asumido que está en condiciones de constituirse en un centro de grandes volúmenes de datos, producidos por la observación astronómica. La Fundación Observatorio de Datos (Data Observatory), creada el 16 de abril de 2019, es un testimonio de ello. Los ministros de Economía y Ciencia y Tecnología, José Ramon Valente y Andrés Couve, respectivamente, se refieren a “La revolución del Data Observatory[1] en una columna de opinión.

Para analizar estos temas, la Academia Diplomática de Chile realizó un quinto diálogo interactivo (8 de Mayo) de la catedra “Formación en Diplomacia Científica”, donde intervino el equipo de la División “Economía del Futuro” del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, compuesto por Julio Pertuzé, Aisén Etcheverry, José Antonio Guridi y Demián Arancibia, quienes lideran desde el Gobierno dicha iniciativa público-privada.

Julio Pertuzé, director de la División, planteó que la actual cuarta revolución industrial permite al ser humano “colaborar como nunca antes se había podido hacer” producto de la “revolución de los sistemas ciber-tecnológicos”. La invitación de Pertuzé a los estudiantes de la ACADE fue “aprender del pasado”, como en el caso del salitre sintético, para “mirar el futuro con optimismo”. Valoró la actividad diplomática como un ejercicio privilegiado para identificar oportunidades de desarrollo científico-tecnológico, lo cual demanda a los agentes diplomáticos tener los “radares afinados” para identificar oportunidades. Este es un tema clave para la diplomacia del futuro.

Por su parte, José Antonio Guridi, especialista en laboratorios naturales, destacó que dichos espacios geográficos presentan “características únicas para el desarrollo de la ciencia a nivel global”. Tomando como referencia el desarrollo astronómico chileno, producto de uno de los cielos más oscuros y nítidos del mundo, Guridi enfatizó la generación de spillovers (externalidades positivas) en las operaciones de consorcios astronómicos mundiales en el Desierto de Atacama. Mencionó el caso de una empresa chilena de ingeniería que trabajó en proyectos de construcción para diversos consorcios astronómicos: si bien dichos proyectos no reportaron beneficios financieros significativos, fueron la base para adjudicarse nuevas iniciativas de mayor escala por el prestigio que significó construir instalaciones para operaciones astronómicas.

Demian Arancibia, especialista en astro-informática, presentó diversos antecedentes del desarrollo astronómico de Chile como la creación, a mediados del s. XIX, de un Observatorio Nacional tras la compra, por parte de la administración del presidente Pedro Montt, de recintos e instrumentos que una expedición científica de la Marina de Estados Unidos instaló en el cerro Santa Lucía. Arancibia enfatizó que la digitalización de la astronomía no ha perdido su misión original: la observación científica del cielo y el estudio científico del universo. Es más, varios de los algoritmos con los cuales se estudia el cielo y el universo han sido transferidos y adaptados a las necesidades de industrias tan diversas como la bio-medicina (detección de tumores, por ejemplo).

Para cerrar la jornada, Aisén Etcheverry, coordinadora del proyecto Data Observatory, presentó esta iniciativa para que datos abiertos provenientes de las observaciones astronómicas alimenten algoritmos que respondan a problemas y situaciones en industrias tan diversas como el transporte, el análisis de imágenes y los desastres naturales. Etcheverry relevó que la escueta inversión de Chile en I+D+I (0,4% del PIB aprox.) no ha sido impedimento para generar ciencia de excelencia en nuestro país, entregando valor agregado a la producción local. Pensar en Chile como “país de Cobre, Vino, Astronomia…y Datos” es posible. En este sentido, Data Observatory es una instancia que reúne expertos, genera comunidad y apalanca la formación de nuevos científicos de datos, vitales para transformarlos en evidencias y estimular una toma decisional informada y robusta, generando, así, un valor agregado que potencie el desarrollo nacional.

“Formación en Diplomacia Científica”, catedra anual de la ACADE, iniciada por medio de una intervención magistral del Ministro de Ciencia y Tecnología, Andrés Couve, ya ha abordado temáticas tan relevantes como la innovación pública, la prospectiva y los marcos conceptuales e institucionales de la diplomacia científica. En las próximas sesiones, se abordarán las nuevas energías de la matriz chilena y los cielos oscuros. De esta manera, las instituciones de formación y educación se incorporan tempranamente a los desafíos que plantea el acceso a la ciencia y al conocimiento en la función pública en la cultura de nuestra sociedad.